El Qhapaq Ñan es un incomparable patrimonio cultural que es el resultado
del alto desarrollo social y tecnológico de las diferentes sociedades
andinas, desarrollo que llegó a su máxima expresión con los incas.
Desde que estuve en Cusco ya venía dándome cuenta de la cantidad de kilómetros que abarcaba el famoso "Camino Inca" de paso que unía a varios departamentos de nuestro Perú. Todo este camino está correctamente señalizado por el SERNANP (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas).
Desde que estuve en Cusco ya venía dándome cuenta de la cantidad de kilómetros que abarcaba el famoso "Camino Inca" de paso que unía a varios departamentos de nuestro Perú. Todo este camino está correctamente señalizado por el SERNANP (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas).
El Qhapac Ñan es una extensa red de caminos perfeccionada por los incas, que tuvo como
objetivo unir los diversos pueblos del Tawantinsuyo para una eficiente
administración de los recursos existentes a lo largo del territorio
andino. Gracias al Qhapaq Ñan, los incas llegaron a comunicar temporal y
espacialmente la gran diversidad histórica, natural y cultural del
territorio que hoy forman parte de los países de Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
"Imagínense una calzada empedrada de 20 metros de ancho, gradas que suben a más de 4500 metros de altura sobre el nivel del mar, caminos sobre agua y puentes colgantes que cruzan ríos caudalosos. Piense en corredores solitarios, chasquis, llevando mensajes en hilos anudados llamados quipus a la velocidad del rayo de un extremo del imperio al otro, o imagínense miles de tropas marchando en fila india, sus pasos retumbando cuando se acercan. O visualicen al Inca mismo, sentado sobre su anda adornado con plumas y cubierto de oro y plata, siendo llevado por más de 80 señores principales, el camino delante de él, siendo limpiado y adornado con flores...."
"Como la columna vertebral de un sistema vial que cubre más de 30.000 kilómetros en una región geográfica que es extraordinariamente bella y al mismo tiempo hostil, conectando tanto la costa del Pacifico como la Amazonia, el Qhapaq Ñan es una ruta mítica que no tiene nada que envidiar a los Caminos Romanos en Occidente o a la Ruta de la Seda en el Lejano Oriente."
"Imagínense una calzada empedrada de 20 metros de ancho, gradas que suben a más de 4500 metros de altura sobre el nivel del mar, caminos sobre agua y puentes colgantes que cruzan ríos caudalosos. Piense en corredores solitarios, chasquis, llevando mensajes en hilos anudados llamados quipus a la velocidad del rayo de un extremo del imperio al otro, o imagínense miles de tropas marchando en fila india, sus pasos retumbando cuando se acercan. O visualicen al Inca mismo, sentado sobre su anda adornado con plumas y cubierto de oro y plata, siendo llevado por más de 80 señores principales, el camino delante de él, siendo limpiado y adornado con flores...."
"Como la columna vertebral de un sistema vial que cubre más de 30.000 kilómetros en una región geográfica que es extraordinariamente bella y al mismo tiempo hostil, conectando tanto la costa del Pacifico como la Amazonia, el Qhapaq Ñan es una ruta mítica que no tiene nada que envidiar a los Caminos Romanos en Occidente o a la Ruta de la Seda en el Lejano Oriente."
Mi experiencia trekking en Tanta llegó a su cúspide al recorrer parte del Qhapac Ñan en unas 9 horas con descanso en promedio de 1 hora para tomar las fotos respectivas y almorzar. Ese día fue agotador no solo por la caminata sino también porque estaba a una altura mayor a los 4500 msnm. y es donde el aire comienza a faltarte poco a poco... sólo avanzas pensando en que ya llegarás a tu destino.
En nuestro caso ambos estábamos condicionados y con buen estado físico, lo que ayudó a que camináramos casi al paso del guía. Fue una experiencia muy bonita estar allí y apreciar lo que la naturaleza en sí misma tiene: belleza absoluta y trasladarnos a nuestro pasado, en donde caminos tan importantes como este servían para conectar pueblos, ideas, trabajos. Nos involucraba el hecho de percibir que había orden: una buena organización política que ayudó avanzar a los Incas, una buena red de caminos que facilitaban al transeúnte llegar a su destino.
Conocer el Qhapaq Ñan es comprender gran parte de nuestra historia y la magnitud de nuestra herencia andina. Es entender lo bien organizados que se encontraban nuestros antepasados y cómo a partir de esta red vial, los pueblos contemporáneos todavía pueden seguir tejiendo un futuro de esperanza.
En nuestro caso ambos estábamos condicionados y con buen estado físico, lo que ayudó a que camináramos casi al paso del guía. Fue una experiencia muy bonita estar allí y apreciar lo que la naturaleza en sí misma tiene: belleza absoluta y trasladarnos a nuestro pasado, en donde caminos tan importantes como este servían para conectar pueblos, ideas, trabajos. Nos involucraba el hecho de percibir que había orden: una buena organización política que ayudó avanzar a los Incas, una buena red de caminos que facilitaban al transeúnte llegar a su destino.
Conocer el Qhapaq Ñan es comprender gran parte de nuestra historia y la magnitud de nuestra herencia andina. Es entender lo bien organizados que se encontraban nuestros antepasados y cómo a partir de esta red vial, los pueblos contemporáneos todavía pueden seguir tejiendo un futuro de esperanza.
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